Los genes pueden ayudar a explicar porqué algunas personas son naturalmente más afines a la música que otras, de acuerdo con un nuevo estudio.
La investigación sugiere que los genes que afectan la audición y la función cognitiva pueden desempeñar funciones en la aptitud musical de uno, o en nuestra capacidad de entender y percibir el ritmo, el tono, el timbre, la duración de tono, y la estructura formal en la música.
Los investigadores explican que los extremos en la aptitud musical (capacidad extrema o incapacidad) son poco frecuentes dentro de una población, y la mayoría de las personas tienen una aptitud moderada.
Esta es una característica típica de un rasgo complejo atribuible a varios genes subyacentes, y se ve influenciada, en mayor o menor grado, por factores ambientales como la exposición a la música o la formación musical", dijo la coautora, la Dr. Irma Jarvela, del Departamento de Genética Médica de la Universidad de Helsinki, Finlandia.
Aunque la música y otras formas de arte pueden desarrollarse en diversas direcciones, éstas están vinculadas a los perfiles genéticos de la población, dijeron los investigadores.
Escuchar música es un fuerte desencadenante ambiental que sirve como un excelente modelo para el estudio de la diafonía entre los genes y el medio ambiente.
"Proponemos que la capacidad de disfrutar y practicar música requiere aptitud musical, que es un rasgo común e innato que facilita el disfrute y la práctica de la música. El impulso innato por la música sólo puede haber surgido por la exposición a la música, y se desarrolla con la motivación y la formación en entornos musicalmente ricos", dijeron los investigadores.
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